Entre todos los períodos que se sucedieron durante el largo poder de los Saboya, el barroco adquiere una importancia fundamental por la peculiaridad del estilo, pero sobre todo para los artistas que han servido a la ciudad y al rey.
El barroco en los palacios del poder se mantiene vivo también en épocas posteriores, hasta el neobarroco que caracteriza algunas salas del Palazzo Reale.
Guarini y Juvarra son los intérpretes más prestigiosos que adornan Turín con belleza barroca. Los sitios más importantes para visitar con este propósito son: Palazzo Carignano, Palazzo Madama (que también alberga el museo de artes antiguas), el Collegio dei Nobili, San Lorenzo y Piazza San Carlo.