Escondida en el extremo occidental de la isla, entre las Montañas Blancas y el Mar de Creta, se encuentra la ciudad portuaria de Chania. Aquí pasará la tarde perdiéndose por sus calles empedradas y llenas de carácter. Pasee por el casco antiguo hasta la plaza Eleftherios Venizelos, donde podrá asistir a un espectáculo improvisado de los artistas callejeros locales, que suelen actuar frente a la fuente.
Si dispone de tiempo libre antes y después de la cena, puede pasear por las sinuosas callejuelas. Alce la vista para admirar la mezcla de edificios de influencia veneciana y turca, un guiño a la ecléctica historia de Creta, de dominio romano y otomano. Si busca bolsos, botas y cinturones de cuero, no deje de dirigirse a la calle del Cuero, oficialmente llamada calle Skrydlof.
El punto culminante de la velada será la cena en un restaurante a orillas del agua, enclavado entre los coloridos edificios que bordean el viejo puerto. Disfrute de platos cretenses clásicos, como el tzatziki, los chipirones y la moussaka, con vistas al faro veneciano del siglo XVI.