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La capital de Surinam, Paramaribo, es la base de operaciones ideal para los amantes de la naturaleza y el senderismo. Cuenta con un conjunto arquitectónico declarado Patrimonio Mundial de la Unesco y una etnicidad muy diversa que se ve reflejada en mezquitas, sinagogas, iglesias y templos hindúes que conviven en armonía. Hay muchos edificios coloniales holandeses en blanco y negro, gente amable y multilingüe con la que conversar amistosamente, e incluso el aire tiene la fragancia exótica de las especies indias procedentes de los puestos de comida. El visitante también puede admirar las tallas de madera granate y las coloridas pinturas que decoran el exterior de los lúgubres fuertes holandeses.
Desde esta ciudad sudamericana, se puede viajar fácilmente a la selva tropical y a las reservas naturales de Surinam, como el parque Brownsberg, donde se pueden ver 4 cascadas. Si te apetece una experiencia de película, disfruta de un paseo en bote por la desembocadura del río Surinam y observa a los juguetones delfines nadando alrededor.
Ve hasta el fuerte Nieuw Amsterdam, que acoge actualmente un museo de historia al aire libre, y descubre la historia de su fundación a manos de los colonos holandeses con el objetivo de proteger las plantaciones de la zona de los ataques de ingleses y franceses. Hablando de plantaciones... Aquí encontrarás un gran número de plantaciones de café, cacao y azúcar que vale la pena explorar. Además, si te interesa la cocina, siempre puedes apuntarte a un taller de cocina y aprender a elaborar platos típicos de Surinam y Java.