Dedicado exclusivamente al arte y la cultura del Antiguo Egipto, el Museo Egipcio de Turín alberga una de las mayores colecciones de antigüedades egipcias, con más de 30.000 objetos. La colección es la más importante de su género después de la del museo de El Cairo.
El descifrador de los jeroglíficos egipcios, Jean-François Champollion, fue uno de los primeros entre los muchos eruditos de renombre internacional que llegaron a Turín (Champollion llegó en 1824). Estos eruditos se dedicaron desde entonces al estudio de las colecciones, confirmando así lo que Champollion había escrito: "El camino hacia Menfis y Tebas pasa por Turín".