Deja atrás Milán en tren de alta velocidad y pasa el día visitando Roma por tu cuenta. Después de un viaje en tren de 3,5 horas por la mañana hasta Roma, tendrás el resto del día para explorar esta ciudad histórica de forma independiente. Realiza un recorrido turístico y escucha los comentarios de audio abordo de un autobús descapotable de dos pisos por los lugares más emblemáticos, como el Coliseo, la Fontana de Trevi y la Plaza de España. Si seleccionas la opción, podrás disfrutar de una entrada sin colas a los Museos Vaticanos y a la Capilla Sixtina.
Por la mañana, saldrás de forma individual del centro de Milán hacia Roma en un tren de alta velocidad. El viaje durará unas 3,5 horas hasta la estación de Roma Termini, donde el autobús de City Sightseeing te estará esperando. Con tu mapa gratuito de la ciudad y un billete de autobús de 24 horas, podrás subir y bajar todas las veces que quieras, lo que te permite personalizar tu experiencia romana. La Ciudad Eterna alberga una increíble cantidad de magníficos monumentos, museos e iglesias.
Disfrute de las vistas y escucha los comentarios de audio o bájate y tómate un descanso, caminando entre los cafés de la Dolce Vita o paseando por el río Tíber. Descubrirás los típicos restaurantes y bares, donde podrás degustar platos típicos romanos. Da igual lo que elijas, ¡el programa depende solo de ti! Tendrás hasta ocho horas para explorar a tu ritmo, antes de regresar a Milán desde la estación Termini de Roma.
Entrada sin colas opcional para los Museos Vaticanos y la Capilla Sixtina (ten en cuenta que los Museos del Vaticano siempre están cerrados los domingos)
Aprovecha al máximo tu tiempo en Roma reservando un entrada sin colas para los museos del Vaticano y la Capilla Sixtina. Evita las esperas y, una vez dentro, admira la fenomenal colección de los Museos Vaticanos, que incluye magníficas obras de arte del Renacimiento de Rafael y otras muchas obras maestras. Termina tu visita en la Capilla Sixtina, donde podrás admirar la obra de arte más famosa del Vaticano: el impresionante fresco del techo de Miguel Ángel, «El juicio final».