El castillo de Mir (a 30 km de Nesvizh) fue fundado a principios del siglo XVI no lejos de Mir como residencia y era bastante caro para su época. Después de que los nuevos anfitriones, los Radziwill, se hicieran cargo del castillo, fue reconstruido en un palacio magnate y junto a gruesos muros cortina, aspilleras, cuarteles y edificios de servicios públicos, también presentaba lujosos apartamentos de la familia noble que fueron decorados con obras de arte. Las sucesivas guerras y décadas de abandono resultaron en la completa decadencia del castillo al final de la Segunda Guerra Mundial. Solo después de la inclusión del monumento en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO y de un largo proceso de restauración, el castillo de Mir recuperó parte de su antiguo lujo y quedó abierto para los visitantes.
Fundado a finales del siglo XVI por los Radziwills, el palacio de Nesvizh fue una combinación de varios estilos arquitectónicos. En el siglo XIX se colocó un enorme parque cerca y es un lugar perfecto para pasear incluso hoy. El palacio fue utilizado como balneario que lo salvó de la destrucción. El complejo del palacio y el parque de Nesvizh también forma parte del Patrimonio Mundial y hoy, cuando la restauración del castillo está casi completa, está abierto al público.
La ruta transcurre por paisajes pintorescos. Verá la verdadera vida rural bielorrusa. Si lo desea, puede detenerse y comprar alimentos de producción local: leche, miel y requesón.
TENGA EN CUENTA que no habrá ningún guía turístico. El conductor lo ayudará a comprar boletos de entrada y audioguía y lo estará esperando durante su recorrido. Las entradas tampoco están incluidas en el precio total.
Agua embotellada
Entradas a los castillos (6 € por cada castillo para adultos)