El precio de la entrada general es de 6 € y la reducida de 3 €.
El precio indicado en el calendario incluye los gastos de gestión y preventa.
El claustro de la abadía benedictina de Santa Maria la Nuova, fundada en 1174 a instancias del rey normando Guglielmo II, sirve como eje de todo el complejo abacial que se encuentra a su alrededor. De forma cuadrada, está puntuado por arcos ojivales en columnas gemelas, tetrástilo en las cuatro esquinas, decoradas con mosaicos de estilo chevrón y con motivos fitomorfos del período clásico tardío.
Del mismo modo, la decoración de los capiteles es rica y variada, con temas relacionados con la iconografía religiosa, el Antiguo y el Nuevo Testamento, animales extraídos del bestiario medieval y la tradición del Medio Oriente con motivos fitomórficos.
Por primera vez, una visita guiada única te ayudará a descubrir uno de los complejos monumentales más importantes de la Edad Media siciliana-normanda y a comprender la idea fundacional que conmovió al rey Guillermo II, que tanto deseaba la construcción no solo de la catedral de Monreale, sino de todo el complejo abacial. Gracias a la colaboración sinérgica entre la catedral y basílica de Monreale, la Superintendencia de Patrimonio Cultural de la región de Sicilia, con el distribuidor de la visita, se ha diseñado un itinerario que reconstruye la integridad, articulada en diferentes espacios sagrados y en el poder de la arquitectura. La intención declarada del rey normando era convertirse en el punto de referencia del mundo eclesiástico en el territorio. También otorgó el monasterio a los benedictinos que vinieron de Cava dei Tirreni por esta razón. Arzobispado desde su fundación, arquitectónicamente hablando, la catedral se completó con la construcción del extraordinario claustro, un elegante ejemplo de arquitectura monástica, un verdadero «hortus conclusus» en el que es fácil imaginar a los monjes caminando, leyendo y rezando. Con este recorrido podrás explorar el Duomo y el guía te ayudará a leer el Antiguo y el Nuevo Testamento en los mosaicos. Admira el Cristo Pantocrátor y luego pasa a la capilla del Crucifijo, más conocida como la capilla Ruano, que lleva el nombre de su fundador y que alberga el Tesoro del Duomo. Luego, disfrutarás de una visita al Museo Diocesano y a la sala capitular de San Plácido, que albergaba la asamblea del monje. Para concluir, darás un paseo por los ambulatorios del claustro. No te pierdas la experiencia compartida de las terrazas del Duomo, donde puedes disfrutar de unas vistas extraordinarias de la ciudad.