Tu aventura comienza en la estación de Tokio, seguida de un segundo punto de encuentro en la estación de Shinjuku. Desde allí, emprenderás un viaje al Santuario Arakura Sengen y a la Pagoda Chureito. Subiendo 397 escalones disfrutarás de una impresionante vista del Monte Fuji y del paisaje urbano a tus pies: una escena japonesa verdaderamente icónica.
El siguiente punto de su itinerario es Oshino Hakkai, un conjunto de ocho estanques de agua cristalina que se nutren del deshielo del Monte Fuji. El entorno tradicional de la aldea, con el Monte Fuji como telón de fondo, ofrece fantásticas oportunidades fotográficas. Su viaje continúa hacia el Parque Oishi junto al lago Kawaguchi. Dependiendo de la temporada, podrá deleitarse con la vista de los vastos campos de lavanda en plena floración durante el verano o admirar la transformación del parque en un mar de arbustos de kochia roja en otoño; ambos ofrecen un contraste impactante con el Monte Fuji.
Desde finales de octubre hasta mediados de noviembre, tendrá la oportunidad de visitar el Corredor Momiji, donde las vibrantes hojas otoñales enmarcan la montaña con belleza. Tenga en cuenta que durante este período, el Parque Oishi no estará incluido en su recorrido. Su última parada será la Aldea Curativa en el lago Saiko. Esta aldea de estilo tradicional cuenta con casas con techo de paja, talleres, tiendas de recuerdos y cafeterías, recreando a la perfección el encanto del antiguo Japón rural. Su regreso a Tokio será al final de la tarde, aunque tenga en cuenta que la hora de llegada puede variar debido al tráfico o las condiciones meteorológicas.